Aladas

Ángeles, mi abuela; mi madre, Angelita y yo, Mari Ángeles Vengo de una saga de aladas. Fuerte, mi abuela, crió a cuatro hijos que le nacieron en cinco años. En tiempos de guerra ayudó a cuantos pasaron por la caseta, viajando despavoridos de aquí para allá. No se achicó cuando represaliaron a mi abuelo y

Espacios circulares de un universo en movimiento

La casa donde nací era una más de las cinco o seis que había alrededor de un pozo al que no debía acercarme. En el patio pasé la mayor parte de mis cinco años, mirando los cantos que me hacían tropezar. Sería allí, aunque sin saber cómo, que aprendí a leer y a escribir, junto

La enfermedad y el coraje de vivir

Considerando lo común que son los episodios de enfermedad y los cambios anímicos que nos provocan, dice Virginia Woolf con su espléndida prosa, parece extraño que no se hubieran escrito cientos de tratados sobre ello, tal como se hace con el amor, la batalla o los celos. Quizás sí que se han escrito infinitos textos

Tornarem a Núria

Núria és un lloc emblemàtic de Catalunya, tothom que hi ha anat, hi vol tornar i qui no ho ha fet encara, té el desig de veure-ho amb els seus propis ulls. Núria és un lloc per mirar i per respirar a fons. Respirar a fons és el que hem trobat a faltar els que

A mis amigos y a ellos, los libros

Fui esa joven lectora que de niña devoraba pocos libros que tenía, la inmensidad de libros que la biblioteca ofrecía y algunos que compraba en librerías, con los que fui haciendo, poco a poco, la mía. Era esa joven lectora que todo en libros aprendía, la que, encamada, leía. Algo bueno tenía, yo era esa

Arenys de Mar. Un itinerari des de l’enyor.

Arenys de Mar a l’extrem més proper a Canet. Rial de Canalies: apartament on hem passat llargs anys. Un lloc per passar l’estiu amb una llar de foc per a fer estada i torrades durant el temps més fred. Riera amb molta vegetació i la flaire dels eucaliptus que s’esfumà quan destruïren la muntanya per

El caminero de Daimiel, Àngel Sánchez-Miguel.

La abuela Ángeles tenía mucho pundonor. Dado que su hermana Miguela, menor que ella, era mucho más hábil en hacer sillas de enea, se puso a servir. En la casa de sus “señores” aprendió a conocer y a valorar “lo bueno” de todo: la cocina, la limpieza, la discreción y la pulcritud o los libros,

¡CALLA, TONTA!

Cuanto más me adentro, más nítido lo siento: ¡Calla, tonta! No sé quién lo decía, alguien que me quería. Quizás lo oía, que a mi madre decían, o me decían mis tías. Pero esa voz, a mí me llegó: ¡Calla, tonta! No lo creí, pero lo sentí y enmudecí. ¡Calla, tonta! ¡Tú que vas a

Eutanasia, ¡no! ¿Y la asistencia cuando más se necesita???

El 31 de diciembre de 2008 a las 18:30 me llama la cuidadora de mi madre. Al salir del Centro de Día del barrio mi madre casi se cae, no se ha caído porque ella la ha sujetado, pero se venía abajo y no puede caminar. Voy. Está en un banco, le duele la pierna.

El lirio del Risco

Un vestido prestado de monja, unas sandalias, una cruz de madera y un lirio; ni rosarios, ni libritos nacarados, ni joyas, ni volantes, ni lazos, ni rizos, todo sencillo; pensé que así estaba bien, no necesitaba más. La señorita Maruja nos puso delante de todas las que iban de princesa, algo que me sorprendió porque